La llegada del buen tiempo favorece las ganas de salir al aire libre. Con la cabeza puesta en las próximas vacaciones, la mayoría ya hace planes para disfrutar de la temporada de piscinas o las excursiones en familia por playa o montaña.
Disfrutar de la naturaleza significa, en muchos casos, entrar en contacto con todo tipo de insectos. Tener en cuenta una serie de recomendaciones previas evitará que se convierta en un problema mayor, especialmente si viajamos con los más pequeños de la casa.
Para ello, es recomendable contar con información básica para saber cómo actuar ante las picaduras de insectos más comunes en verano. Al saber cómo identificar cada mordedura, estaremos más cerca de saber qué remedio es necesario aplicar:
Picadura de mosquito
Una de las molestias más habituales en las noches de verano. Los mosquitos son especialistas en interrumpir el sueño. Para ello, escogen cualquier parte de nuestro cuerpo y pican sobre la piel para extraer un poco de sangre. Es el contacto con su saliva lo que provoca la irritación posterior.
Para identificar el picotazo de mosquito basta con saber que deja como rastro un puntito rojo y la hinchazón en la zona que se puede mantener durante varios días hasta que desaparece. Es importante intentar no rascarse, especialmente entre los niños.
Picadura de abeja
Algo menos frecuente que los mosquitos, las abejas atacan clavando su aguijón si se sienten amenazadas o te acercas demasiado a su colmena.
El resultado es una inflamación en la piel, con un punto rojo y blanco en el centro de la picadura de la que hay que extraer el aguijón que se queda dentro. Se reconoce fácilmente por la sensación de quemazón en la zona después de un par de horas.
Algunas personas pueden no saber que son alérgicas a la histamina que libera el aguijón y la reacción puede llegar a derivar en anafilaxia.
Es importante prestar atención a cualquier síntoma de inflamación en cara o lengua y acudir al médico más cercano.
Picadura de avispa
En segundas residencias, es muy recomendable la revisión previa de las instalaciones de nuestra vivienda, especialmente en segunda residencias. Al estar cerradas varios meses, es probable encontrar panales en canalones, tejados o leñeros que han construido durante el invierno. Dependiendo del tamaño, será recomendable contratar a un experto para la eliminación de panales sin que suponga un riesgo.
Estos insectos suelen acudir a recoger agua a zonas de piscina por lo que es muy común encontrarlas en los alrededores o sobrevolando el césped. Actúan clavando su aguijón, que pueden utilizar repetidas veces. No tardarás en identificarla ya que provoca un dolor agudo inmediato al inocular veneno en nuestra piel.
Picadura de araña
La araña pertenece a la familia de los artrópodos y suele escoger rincones y techos para tejer su red de araña en viviendas que permanecen cerradas varios meses al año.
Resulta muy normal toparse con ellas al hacer la limpieza de tu segunda residencia. La mayoría suelen ser inofensivas y huidizas. Solo algunas especies, como la viuda negra o la araña reclusa en Estados Unidos provocan molestias graves como dolor abdominal e incluso calambres.
Picadura de garrapata
Este parásito es fácil de encontrar en zonas de paso frondosas, con hierba alta como las que se suelen utilizar para dar un paseo con nuestra mascota. Muy activas de mayo a octubre, suelen esperar allí para agarrarse a todo tipo de animales y también humanos, ya que se alimentan exclusivamente de sangre.
La mordedura de la garrapata segrega un anestésico que impide que se detecte con facilidad.
En caso de las mascotas, se recomienda revisar los pliegues de la piel y zonas de difícil acceso para detectarlas cuanto antes y eliminarlas con cuidado. Su forma redondeada y un coor más oscuro que el de las pulgas te permitirá identificarlas
Picadura de chinche
Su diminuto tamaño no les impide multiplicarse rápidamente y esconderse por grietas, mobiliario y colchones de cualquier vivienda. Se alimentan de sangre a través de pequeños picotazos sobre la piel de humanos y animales.
Esto provoca rápidamente la aparición de plagas, muy difíciles de eliminar y suele desembocar en problemas de salud pública si no se ataja a tiempo.
Para evitar la propagación en tu comunidad de vecinos, te recomendamos contratar un servicio de exterminación de chinches profesional.
Picadura de pulga
Pueden encontrarse fácilmente en jardines y saltan hasta encaramarse a cualquier animal para extraer sangre a través de la piel.
Su presencia resulta muy habitual en mascotas de compañía. Realiza una revisión concienzuda para evitar su traslado, especialmente a niños pequeños.
Identificar su mordedura resulta muy fácil ya que aparecen unos pequeños bultos enrojecidos que suelen estar muy juntos, como producto de varias mordeduras consecutivas de una o varias pulgas. Hay que evitar rascarse y vigilar que la mordedura no derive en infección.
Picadura de tábano
Su mordedura supera en dolor a la que puede provocar una avispa. Su fuerte zumbido y el color oscuro permiten identificar su presencia rápidamente. Al entrar en contacto, su picadura inocula un veneno que provoca un dolor inmediato, con la consiguiente inflamación y enrojecimiento de la zona. En algunos casos, provoca una reacción alérgica en niños.
Picadura de ciempiés o escolopendras
Nuestras salidas a espacios naturales puede provocar que nos encontremos con este animal bajo una piedra o en terrenos húmedos. Su mordedura se considera en peligro potencial. A través de un mordisco, segrega una sustancia venenosa que provoca dolor en la zona.
Es fácil de identificar ya que se conserva la forma de un pequeño mordisco. En este tipo de casos, es importante aplicar frío sobre la zona acudir lo ante posible al centro de salud más cercano.
Picadura de abejorro
Estos insectos no acostumbran a atacar aunque no conviene llevar a cabo movimientos bruscos si se está cerca de una colmena o desprender olores intensos que puedan perturbarlos.
Su aguijón segrega una pequeña cantidad de veneno al entrar en contacto con la piel y origina un dolor localizado pero muy intenso. Aunque no suelen ser habitual, es posible desarrollar una reacción alérgica en el 1% de los casos.
Picadura de piojos
Su presencia en los primeros meses de escuela es muy común ya que suelen propagarse con mucha rapidez entre las clases de los niños más pequeños. Estos parásitos suelen anidar en el cuero cabelludo. Utilizan el pelo para depositar sus huevos, las liendres, realizan pequeños picotazos para alimentarse de la sangre disponible.
Como consecuencia, provoca un picor permanente en la cabeza y un contagio muy rápido, especialmente entre niños que comparten espacios comunes. Por este motivo, es necesario aplicar tratamientos especializados que suelen venderse en farmacias.
Repelentes caseros para evitar picaduras
A menudo, las plantas medicinales proporcionan un remedio natural preventivo para evitar picaduras. En forma de pomadas o bálsamos, resulta muy útil disponer en casa de todo lo necesario para un vivir un verano al aire libre sin riesgos. Presta atención a los elementos que debes tener a mano en casa:
- Bálsamo de calamina: Provoca un efecto calmante sobre la piel irritada. Otros productos como el tomate, proporcionan un efecto calmante natural. Para ello, deberás frotar la pulpa sobre la zona afectada.
- Vinagre: Es recomendable aplicar este producto para desinfectar rápidamente una picadura, en especial la del tábano. Otros productos como el zumo de limón contribuye neutralizar la sensación de picor y mantener la zona libre de bacterias.
- Pasta de bicarbonato y agua: Una manera rápida de obtener una cataplasma casera que puedes aplicar sobre una picadura para reducir la hinchazón. Basta con remover el polvo de bicarbonato, en doble proporción a la cantidad de agua y aplicar sobre la piel.
- Aloe Vera: La pulpa de este cactus posee propiedades cicatrizantes que ayudan a calmar la superficie irritada de la piel. Otros alimentos, como el ajo, contienen propiedades antibióticas naturales que resultan muy útiles al aplicarla sobre las erupciones de la piel.
Ideas útiles para combatir las picaduras de insecto
Botiquín portátil para excursiones: Te recomendamos llevar contigo un pequeño botiquín en cada excursión, especialmente si viajas con niños. En ella, puedes incluir vendas, desinfectantes o bálsamos para encontrar la solución más rápida para aliviar el dolor de un picotazo. Tanto si son repelentes caseros como artificiales siempre es buen momento para disponer de los necesarios con los que protegerse.
Repelente químico en spray: Otra solución es comprar productos especializados en farmacias, tales como repelentes antimosquitos, uno de los más populares. Pueden encontrarse en todo tipo de formatos, como pulseras, pastillas o sprays.
En cada caso, hay que consultar la composición para asegurarnos que su uso está homologado para su uso y son hipo alergénicos para evitar reacciones cutáneas en cualquier tipo de piel, especialmente en niños.
No hay que olvidar que este tipo de soluciones temporales y para aplicar en zonas localizadas. Es necesario vigilar los efectos secundarios que se puedan detectar horas después de haber entrado en contacto con cualquier insecto.
Estas pomadas tienen el objetivo de aliviar puntualmente el dolor hasta que se pueda acudir al centro de salud más cercano si se agrava la situación. Allí, será posible recetar antihistamínicos o antiinflamatorios en caso de reacción alérgica.
Alergias más comunes por picadura de insectos
Cualquier insecto hematófago (que se alimenta exclusivamente de sangre de otros animales) es susceptible de provocar una irritación, aunque raramente desemboca en una reacción alérgica. La aparición del dolor es inmediata y el efecto de este picotazo se encuentra delimitado a una zona concreta.
Es precisamente entre los niños donde suelen observarse los casos más frecuentes. Los juegos al aire libre y las ropas más ligeras dejan la piel más expuesta y así resultan más vulnerables.
En el caso de insectos venenosos, el veneno que suministran es el desencadenante de la defensa ante un ataque y el encargado de producir as alergias más comunes por picadura de insecto. En este caso, insectos dípteros, como el tábano o de la familia de los himenópteros, como son las avispas.
La intensidad de los efectos alérgicos varía mucho según la persona, por lo que las consecuencias pueden oscilar desde una leve quemazón tras el picotazo hasta una inflamación en lengua y garganta que desemboque en anafilaxia.
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